Los viñedos en la era de la piedra

Ya no es necesario demostrar sus virtudes estéticas y ecológicas. La piedra seca, otrora caída en desgracia, se va haciendo con un nuevo lugar en las explotaciones vitícolas, impulsada por iniciativas colectivas e individuales.

En breve:

  • Un patrimonio multiservicios
  • Del empujón financiero a la formación
  • Un renacimiento bien encauzado

Un patrimonio multiservicios

Imagine los viñedos de Côte-Rôtie, de Côte Vermeille, del valle del Douro en Portugal o incluso en Lavaux en Suiza, sin sus terrazas. Lo que perderían es su identidad, pero no solo. Porque los muros de piedra seca no son solo un elemento paisajístico, independientemente de si están para separar parcelas o para cultivar tierras empinadas: Responde a los desafíos ambientales de hoy: regulación térmica, lucha contra la erosión de los suelos y el riesgo de incendio, gestión del agua, refugio para la biodiversidad… Por desgracia, estas obras edificadas desde hace milenarios sin argamasa ni armadura, suelen estar en mal estado o haberse renovado deprisa y corriendo, minándose su valor patrimonial y sus funciones. Esta conclusión llevó a la Asociación de Climats del viñedo de Borgoña a lanzar, de forma precursora, un dispositivo de ayuda a la restauración de las pequeñas construcciones vitícolas: muros, chozos, portales de explotaciones… «Todo empezó con la inscripción de los Climats en el patrimonio mundial en julio de 2015. Al reconocer tanto un modelo de viticultura único en el mundo y todos los elementos que constituyen su paisaje, la UNESCO lo señaló como marcador identitario que es necesario salvar» cuenta Nathalie Hordonneau-Fouquet, encargada de Patrimonio y Mediación de de la asociación, que identificó más de 220 kilómetros de muros en el territorio.

Del empujón financiero a la formación

«Este inventario nos ha mostrado que los propietarios no tenían ningún recurso para restaurar adecuadamente este patrimonio por falta de conocimiento suficiente del rol que desempeñana y falta de ayuda pública específica. » Por eso se creó un fondo financiado por una primera campaña internacional exitosa. Si bien los materiales suelen recuperarse en los predios, la implementación suele ser cara: «un 25 a 30% más que una construcción contemporánea, con obras, en cambio, menos importantes.» En seis años, el número de proyectos públicos y privados con acompañamiento de la asociación dentro del perímetro del sitio inscrito en el patrimonio pasó de 20 a 240. Representan 7,5 millones de euros de obras, con un financiamiento de más de 3 millones de euros gracias a este dispositivo. «En paralelo, concienciamos a los propietarios durante encuentros, talleres y formaciones gracias a un convenio con el CFPPA* de Beaune. Un módulo en los programas siembra las bases del mantenimiento corriente de las obras para los futuros asalariados y viticultores»agrega Nathalie Hordonneau-Fouquet. Con ello, las obras dieron un nuevo auge a un saber en declive que hoy también reconoce la UNESCO: el territorio cuenta con tres empresas especializadas; cuando no había más que un especialista en muros en 2018. El trabajo sigue con otras asociaciones por intermedio del  consejo regional de Borgoña Franco Condado para llevar a cabo acciones comunes y encontrar financiación europea, o con el Estado para implementar sitios clasificados en virtud de la ley paisajística de 1930.

Un renacimiento bien encauzado

Aún queda mucho por hacer, sin embargo ya está en marcha la dinámica. Una de los integrantes es Florence Monmousseau, quien adquirió con su marido La Grande De Bouys en Roujan, en el departamento de Hérault, en 2010. «Los centenares de metros de muros que contienen el cerro estaban tapados por la vegetación. Al descubrir su pésimo estado, decidí formarme con la asociación Pierres Sèches sauvegarde du patrimoine, en Faugères, y luego de forma más profesional con les Muraillers Languedociens. » El resultado: la viticultura ha restaurado gran parte de su patrimonio, y también ha creado escalinatas y pasos entre parcelas. Tanta fue su pasión que terminó haciéndose miembro de la Federación francesa de profesionales de la piedra seca y no duda en concienciar a personas de otras áreas. «Existen ayudas financieras y la formación está al alcanec del bolsillo cuando se busca, especialmente por medio de los parques naturales regionales. No hay que temerle a poner manos a la obra» señala Florence Monmousseau. Vale la pena. «¡Una piedra apilada sobre otra y son 50 años más de un muro cuya resiliencia no tiene comparación con el hormigón!»

Florence Jaroniak, traducción de Benjamin Aguilar-Laguierce ©Association des Climats-PM

*Centro de formación profesional y promoción agrícola

Enlaces de interés :

Federación francesa de profesionales de la piedra seca : https://www.professionnels-pierre-seche.com

Los Climats del viñedo de Borgoña / dispositivo dedicado : https://www.climats-bourgogne.com/fr/dispositif_638.html

Cartografía de las iniciativas con piedra seca en la región Sur

S.P.S (Red internacional) : http://pierreseche-international.org/