Los checos son los que más cerveza toman en el vino, con no menos de 146 litos por año y por habitante, en promedio. Aún así, este pequeño país en el corazón de Europa, cuyo pasado vitícola se remonta al siglo II, es una región que despierta pasiones no sólo por su historia, sino también por sus cepas y su apertura al enoturismo. Un viñedo que hay que descubrir sin esperar.
En breve:
- El viñedo de la República Checa: el 98% del viñedo se sitúa en Moravia del Sur
- Los checos y el consumo de vino
- Un viñedo marcado por el pasado comunista
- Las cepas del viñedo checo
- Un destino de primera para el ciclo-enoturismo
- El calentamiento global, benéfico para el viñedo
El viñedo de la República Checa: el 98% del viñedo se sitúa en Moravia del Sur
El viñedo checo representa el 0,24 % del viñedo mundial según los últimos datos publicados por la OIV (Organización internacional de la viña y el vino). Las 18.068 hectáreas que posee están situadas al 97% en Moravia del Sur, en el sureste del país, en la frontera con Eslovaquia y Austria. Dos tercios de su producción está conformada por vinos blancos. La otra parte del viñedo se ubica en Bohemia, al norte de Praga. La República Checa cuenta con más de 1.000 establecimientos vinícolas en sus 6 subregiones vitícolas y 383 municipios.
Los checos y el consumo de vino
En República Checa, hay quien dice “Somos patriotas. ¡Nos gusta tomar los vinos que producimos!”. Su consumo anual de vino por habitante supera los 20 litros, de los cuales 6 litros son de vino checo. Para satisfacer la demanda, importan dos tercios del vino que consumen. Francia es el quinto importador para República Checa en términos de volumen. Las exportaciones son mínimas.
Un viñedo marcado por el pasado comunista
Después del Golpe de Estado comunista de 1948, todo fue nacionalizado y colectivizado. La gente se quedó sin nada. Todo le pertenecía a todo el mundo. El único objetivo era la cantidad, nadie se preocupaba por la calidad. Después de la revolución de terciopelo y la caída de la cortina de hierro en 1989, la restitución de los viñedos y las primeras inversiones privadas llevaron a la restauración de las bodegas familiares y la creación de nuevas empresas. En 1995, la ley sobre el vino y la adhesión del país a la Unión europea el 1 de mayo de 2004 sellaron el renuevo del viñedo checo.
Las cepas del viñedo checo
El viñedo checo cuenta con 35 variedades de vinos blancos y 26 variedades de vinos tintos inscritas en el registro nacional de variedades vegetales. Entre esas variedades están cepas internacionales, como el chardonnay, el riesling o el sauvignon blanc, pero también cepas como welschriesling, blaufränkish o el autóctono palaba, cruce entre el savagnin rosado y el müller-thurgau. Esta cepa muy aromática, con notas exóticas, es muy popular en República Checa. De hecho, para Miroslav Volarik, viticultor de la viña Vinařství Volařík, es incluso “el abanderado de los vinos de nuestro país”.
Un destino de primera para el ciclo-enoturismo
Para todos los amantes del vino y la bicicleta, Moravia del Sur es una región vitícola de ensueño. 1.200 km de carriles para bici van tejiéndose en esta zona vitícola. La columna vertebral es la ruta de los vinos moravos, de 289 km, entre Znojmo y Uherské Hradiště. Desde los establecimientos tradicionales hasta las wineries modernas, todo está hecho para dar una cálida bienvenida a los ciclo-enoturistas.
El calentamiento global, benéfico para el viñedo El viñedo situado en Moravia se encuentra en la misma latitud que Alsacia y Borgoña. Está bañado en un clima continental húmedo, sin estación seca, con inviernos fríos y veranos calientes. La estación de crecimiento es más corta que en Europa occidental, por lo que las uvas maduran más tarde en el año. La vendimia se da entre mediados de septiembre y fines de noviembre. Con este clima, el calentamiento global puede ser para algunos observadores “bastante benéfico para el viñedo de República Checa”.
Anne Schoendoerffer.
Fuentes :
- Concours Mondial de Bruxelles
- Dr. Luboš Bárta
- Anne Schoendoerffer
- Vignoble de Tchéquie en Moravie du sud. Crédit photo : Anne Schoendoerffer.